Un centenar de personas participan en la visita turística “la Lleida del ferrocarril”

Estrenada en el marco del salón Lleida Expo Tren

Los visitantes han descubierto lugares como la antigua estación, talleres y la restaurada casa del guardagujas, situada en el parking del Barris Nord

 

Un centenar de personas, entre visitantes y expositores de la 9ª edición del salón Lleida Expo Tren, han participado esta tarde en la visita guiada “La Lleida del ferrocarril” para conocer diferentes testigos del patrimonio histórico del ferrocarril en Lleida. Durante una hora y media, los visitantes han podido descubrir los vestigios que tras más de 150 años -con la llegada en 1860 de la primera máquina de tren que se llamaba El Cardoner- aún se conservan más o menos escondidos en la ciudad.

Turismo de Lleida incluirá pronto en su programa de rutas turísticas esta propuesta que se ha estrenado con éxito en la feria Lleida Expo Tren como prueba piloto.

Acompañados por una técnica de Turismo de Lleida, los participantes han cruzado la pasarela de los Campos Elíseos, donde han recibido explicaciones de los inicios de la historia del ferrocarril en Lleida, que ha sido ilustrada con fotos de la época. La visita ha continuado por la rambla de Ferran, desde donde hay una perspectiva inmejorable de la estación de Lleida-Pirineos, un edificio novecentista del 1927, y la pasarela de los Ferroviarios, que conecta el centro de la ciudad con Pardinyes. En este barrio se han dado detalles de la antigua estación, los talleres, los almacenes, los módulos para guardar el ganado antes de subirlo al convoy, entre otros. Las explicaciones históricas y las anécdotas de la técnica de turismo se han complementado con comentarios técnicos sobre el mundo de los trenes, que han ayudado a ampliar los conocimientos de la historia ferroviaria de la ciudad.

Los visitantes han podido conocer la historia de Pardinyes, un barrio que cambió su fisonomía y dejó de ser totalmente agrícola con la llegada del tren. El barrio moderno nació en 1923 cuando Caminos de Hierro del Norte, compañía ferroviaria que se integró a Renfe, construyó una estación clasificatoria o de mercancías y unos talleres, con una superficie total de 180.000 m².

El tramo entre la terminal de viajeros y este lugar se acabó conociendo como “El Recorrido”, por la vuelta que se hacía y la distancia. La visita a la caseta de enclavamiento de señales (desde donde se controlaba la circulación de trenes y los cambios de aguja), totalmente restaurada, situada en el parking del Barris Nord, ha sido la guinda que ha permitido redondear una visita totalmente exitosa.